viernes, 4 de mayo de 2007

Los umpa-lumpas no tienen quien les escriba

Me manda Dianilla, una umpa-lumpa más de las croquetas que del chocolate (aunque todo se andará), un link de un artículo de El País en el que cuentan como la Biblioteca Británica invita al público a crear un archivo de e-mails... Y es que, amigos, los e-mails han sustituido a las cartas (¿y a las llamadas?) como primera forma de comunicación entre personas que se encuentran separadas por varios metritos sexuales.
Y vosotros diréis: "Eso ya lo sabíamos, estúpido Doctor". Dos cosas: 1) No soy el Doc, soy su siervo Monchito el umpa-lumpa y 2) Lo que yo quiero no es informaros de que el e-mail ha barrido a las cartas, eso ya lo sabíamos desde 1917; lo que quiero es proponer una reflexión sobre el tema: ¿por qué el e-mail "mola" y la carta "no mola"? ¿por qué ya sólo recibimos cartas de los bancos? Yo, desde aquí, reivindico la carta como noble y bonita forma de comunicarse que, aunque me duela, está tocada de muerte... ¿O no?

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Conservo mas de 400 cartas de un tipo cojonudo, en formato postal del de toda la vida... si a dia de hoy se que antes de la "p" y la "b" va la "m", o soy capaz de escribir algo que se entienda minimamente, es gracias a este tipo...

Se que la emocion de bajar al buzon a ver si hay carta, se ha convertido en la de abrir el OutLook, y la ilusion de la lectura sigue manteniendose, pero yo le debo al servicio de correos de este bendito pais y a este gran tipo, el que un dia me empezara a gustar escribir.

Por todo ello, me da igual que encontreis tres mil millones de pegas al correo ordinario, me da igual que el correo electronico sea instantaneo y que pueda llevar adjuntos varios minutos de porno, me da igual que me advierta de que no acepte a elquevaaserputeado@hotmail.com en mi messenger o que uniese las vidas de Meg Ryan y Tom Hanks... El correo ordinario es parte (importante) de mi vida y me ha enseñado a redactar en pseudo-condiciones (y a poner acentos tambien, aunque no lo creais xD).

Se que esto no es un versus, pero mi voto va para el correo ordinario, aunque sea el electronico el que uso con asiduidad.

Cierro sin mas que un GRACIAS destinado a un gran tipo

Sophie dijo...

Yo ya no recibo cartas ni del banco!!con eso de que nos están obligando a pasarnos a la correspondencia electronica por el tema de no gastar papel..
y lo han vendido bien,pq dejaban bien clarito que si no te dabas de alta en correspondencia emailistica te iban a comprar 0,30 leuros por cada sobrecito que te enviaran al hogar.serán hijos de...

yo me uno al pervertido, donde este el correo ordinario, q se quite el electronico!como si no me iba a llegar el maravilloso ejemplar del número 1 de Dr.Geller???que sensación tan grande al abrir el sobre y estrechar al doctor entre mis brazos...mmm, q maravilla!!!

podría ser en formato electrónico pero no tendría tanto encanto, a q no??y además para eso está este blog a través del cual el doctor nos hace llegar sus inquietudes

;)

Crispu dijo...

Durante años (si digo más de 10 años estaré exagerando?)recibí cartas manuscritas de más de 15 folios, letras, palabras, frases y párrafos que me permitían imaginar... de una muy bellísima persona, admirada siempre y querida eternamente. La sensación de abrir el buzón y ver un sobre con remite a cual más extraño, desde Brandon Walsh a Nacho Martin, llegado de Ferreirola Órgiva, sin faltar una foto de friends, los primeros guiones... era mágica.
Me quedo, por supuesto, con el correo ordinario. No es la misma sensación abrir el mail y ver que hay más correo en la carpeta de correo no deseado que en la bandeja de entrada. Y que los de la bandeja de entrada me informan de esta y otra manifestación, de un niño que se ha perdido, mi firma en contra del racismo... quiero cartas!! (aunque últimamente sólo recibo invitaciones de boda, se resisten los clásicos...).

perla dijo...

Yo soy una aférrima seguidora del correo postal de toda la vida, un papel escrito, un sobre con una dirección y un sello, la espera de unos días desde que se echa la carta hasta que llega, y a veces la emoción de no saber quién se ha acordado de ti porque no ha puesto remite. Todo esto no tiene precio, y compararlo con un e-mail (salvando ciertas circunstancias de fuerza mayor) es casi insultar la dedicación, delicadeza y calidad de una carta tradicional.
No hay más que mirar canciones dedicadas a la carta tradicional, como La Carta (valga la redundancia) de Héroes del Silencio, o Atrapados en la red de Tam Tam Go (sin querer menospreciar a nadie).

Que cada uno juzgue por sí mismo.

Anónimo dijo...

Definitivamente, las cartas molan. Y ya no sólo porque son más personales o más íntimas. Lo que realmente mola de la carta es tener que pegar el sello con la lengua. Ummm... Con ese sabor amargo en tus papilas gustativas... Y luego pegar el sobre. Otro chute de buen pegamento. ¿como puede competir contra eso un frío e-mail?
¡Cartas forever and ever!
DOCTOR X

Maximus dijo...

Además de todos los argumentos que aquí se han dado (el de Tam Tam Go es definitivo), no olvidemos que las cartas constituyen un fondo documental importantísimo para los historiadores. Sin cartas no sabríamos nada, ni siquiera tendríamos la Biblia, que está llena de cartas. Cuando AccentLess, que sin duda pasará a la historia, abandone en el futuro este mundo, los historiadores correrán a leer esas 400 cartas y buscarán aquellas manuscritas por él. Entonces sabrán quién fue. Sin embargo, una etapa de nuestras vidas desaparecerá, sin más. Amores, amistades, reflexiones... todo lo plasmamos ya en emails.
Por eso soy partidario de varias cosas:
1) prohibir a los servidores de correo cancelar las cuentas cuando pasan unos días sin usarse. Te borran la bandeja de entrada sin piedad. Es como si quemaran tu dormitorio, y encima por ley.
2) dejar escrita nuestra contraseña en algún lugar por si la negra dama viene a visitarnos con su guadaña. Alguien la encontrará y la historia de tu vida no será formateada.
3) utilizar siempre el boton "responder". Es la mejor manera de disponer también de lo que tú mismo escribiste.
4) borrar la mierda y almacenar los emails de los amigos. Por supuesto, muerte a las cadenas.

Vivan las cartas y viva el correo electrónico. Pero gestionémoslo o crearemos otro eslabón perdido: nuestra generación.

Monchito el umpa-lumpa dijo...

AccentLess, ¡¿¿Más de 400??! We had so many time in our hands... Ahora mismo lamento no haberte mandado una postalilla desde Nueva York... Seguro que los carteros de Madrid nos tenían fichados. Tengo pendiente un post sobre el tema, pero será de memoria, no conservo tanto material. Por cierto, hemos recuperado el contacto gracias a estos mundos cibernéticos... Te doy las gracias porque con aquellas cartas empecé a amar el acto de escribir. Me encanta escribir y aquellas cartas fueron con toda seguridad lo que me dijo "esto es lo que te mola, Googie". So THANK YOU.

Crispu, me alegro mucho de tu comentario y de haber hablado contigo again el otro día. Vamos a volver al redil como Dylan cuando volvió a Sensa. Hay mucho que contar, supongo que ahora usaremos los mails...

Sophie, qué alegría de que tengas al doctor entre tus brazos. Ahora espera que te marques un texto para el number two.

Maximus, eres eterno. Y joder qué bien has hablado, as usual. Eres la luz que me muestra el camino. Voy a limpiar mis cuentas ya mismo.

Doctor X y Perlilla, totalmente de acuerdo con vosotros. Aunque no era un VERSUS, mi voto también va para las cartas.

Anónimo dijo...

y... dicho todo esto... cuándo fue la última vez que escribimos una carta? cuándo fue la última vez que abrimos el buzón y encontramos un sobre que no fuera del banco o de alguna factura?
por qué no escribimos más cartas si a todos nos apasiona el hecho de recibirlas? por qué consideramos que esta forma estupenda de comunicación está desapareciendo?
umpa-lumpa croquetera

Anónimo dijo...

¡Ay esas croquetas, quién las pillara! Croquetera, vas a tener que recordarme tu dire en el Messenlook 3.0 para escribirte una pequeña epístola. ¡Un afecto, oye! Que me llena de orgullo y satisfacción que dejes un comentario.
-Monchito, agradecido y emocionado

Anónimo dijo...

mi dire... aquí te la dejo, aun a riesgo de recibir cienes y cienes de misivas anónimas (cosa que no ocurrirá por la vaguería que, en general, nos caracteriza en estos temas)
Doña Croqueta. C/ Castilla, 11, bajo i. 28045. Madrid.
Desde hoy no me apartaré de mi buzón esperando esa epístola monchitera

Anónimo dijo...

Espera esa epístola monchitera, que te llegará con mucho respeto. Eres atrevida soltándola en un blog... pero estamos entre amigos. Y puedes ver la mía también para mandarme todo lo que quieras (mejor comida que dinero, aunque se puede estropear). Un afecto, oye.
-Monchito el umpa-lumpa